CONSECUENCIAS DE VIVIR EN PECADO
¿Has oído hablar de las consecuencias del pecado?
Cuando pecamos Dios no puede permanecer cerca nuestro. Vivir en el pecado determina el rompimiento de toda posibilidad de amistad con Él.
Si nos deleitamos en el pecado y vivimos para satisfacer nuestros propios deseos pecaminosos, entonces seremos esclavos de los mismos, Dios no solo no quiere vernos esclavizados por el pecado, tambien nos habla de una y de otra manera para que no vivamos las consecuencias.
En el texto que te propongo que veamos ahora, nos hablará uno de los principales líderes de la Iglesia primitiva. Una aclaración a priori podría ser la siguiente: Cuando nos encontremos con la frase “amistad con el mundo” debemos entender “aceptación de un modo de vida que nada tiene que ver con Dios o con sus planes para con nosotros”. Leamos:
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4
Para entender el texto
Otra aclaración pudiera ser la siguiente: No debe interpretarse, en la primera parte del texto, que el pastor Santiago nos habla de adulterio sexual. De lo que habla este versículo es de personas que han sido creadas para tener una relación de comunión y de amor con Dios, pero que la han abandonado para comenzar a vivir según sus propias pasiones.
Estas personas han rechazado a Dios cometiendo adulterio espiritual. Estos son los que han hecho amistad con el mundo, y por ende, han perdido la posibilidad de una buena relación con Él. El pecado sexual es algo que puede estar incluido en el texto, pero no es el único. El amor al pecado nos puede llevar a vivir en guerra, en delincuencia, con envidia, con maldad, con enojo, con avaricia, y así pudiéramos seguir nombrando diferentes pecados.
Por eso decimos que no solo nos centremos en la sexualidad, Vivir en pecado adultera nuestra alma y corazón, apaga el espíritu y nos aleja de Dios y de todo lo bueno de la vida que Él planificó para nosotros. Es por eso que podemos decir sin temor a equivocarnos que:
Tanto aborrece Dios un estilo de vida pecaminoso, que ve a quienes así viven, como sus enemigos.
Esta última afirmación es muy fuerte, tanto, que partiendo de ella, es difícil de entender que Dios tenga amor para con nosotros. Es en este punto en donde el amor de Dios se hace tan grande que se vuelve incomprensible para nosotros.
Esto es así porque Dios no puede ser amigo de aquellos que nada tienen que ver con Él y que han rechazado el modo de vida para el cual nos ha creado. Como sé que esta afirmación tal vez sea muy difícil de entender, quisiera intentar explicarlo a través de:
Un ejemplo de la vida cotidiana
Qué tal si nosotros estuviéramos en la siguiente situación:
Tenemos en nuestro curso de estudios, o en nuestro trabajo, una persona que piensa distinto, se maneja de otra manera en la vida y que tiene valores que son totalmente opuestos a los nuestros.
Tal vez podamos estudiar o trabajar con tal persona, pero muy difícilmente podamos considerarlo nuestro amigo, especialmente si, con su conducta y/o moral, afecta directamente a nuestra persona, nuestra meta de estudio, o la meta laboral para la cual trabajamos.
¿Qué pensarías de un compañero de estudios que no se esfuerza a la par tuya con los trabajos prácticos que tienen en común? ¿O, con un compañero de trabajo que se pasa todo el día sin aportar, en lo más mínimo, para la tarea para la cual ambos fueron contratados?
¿Y qué si aún después de charlar con él, te demuestra falta de respeto, y no valora ni la meta del equipo ni tu esfuerzo? ¿Te sentirías cómodo a su lado? ¿Podrías considerarlo tu amigo? ¿Y si, además de todo lo ya descrito, te agraviara? ¿Qué pensarías de esa persona?
Algo similar sucede entre las personas y Dios
Al volver al tema de la relación entre nosotros y Dios, debemos tener en cuenta lo siguiente: El ser humano lo dejó de lado, y no le importó la razón para la cual Él lo había creado, decidió vivir como se le dio la gana e hizo oídos sordos a sus llamados.
Ésto es básicamente vivir en pecado, hacer amistad con el mundo y no con Él ni con la vida que nos propone. Dios no puede ser amigo que quienes viven de esta manera. Para peor, muchos dicen que no existe. Se burlan de Él, lo desafían y hasta inventan malas palabras nombrandolo.
Es por eso que para el final de los tiempos, o sea, más allá de esta vida, habrán dos destinos posibles. Para quienes se obstinen en vivir en sus vidas de pecado, uno de los dos destinos es el Infierno. Lo cual constituye la consecuencia del pecado